Llego a Valdivia procedente de Los Ángeles a estudiar Ingeniería eléctrica en la Universidad el año 1970-1971. Aunque su principal motivación era la de ser un profesional, sin embargo también se alojaba en su corazón un fuerte llamado a ser sacerdote.
Como hacen muchos estudiantes al llegar a esta ciudad austral, buscó una pensión donde vivir hasta el termino de sus estudios. Con la dueña de la pensión –la cual era muy católica- asistían juntos a misa a la Parroquia Preciosa Sangre. Allí conoció a los sacerdotes Misioneros de la Preciosa Sangre, los cuales lo impactaron mucho:
“Lo que me impacto de ellos era la cercanía que tenían con la gente y con los jóvenes, en comparación con otros sacerdotes con los que yo había compartido y conocido en Los Ángeles”.
Fue tan grata su experiencia con los sacerdotes misioneros que apenas concluyó sus estudios universitarios, ingresó a la Congregación.
Ser Misionero de la Preciosa Sangre ha significado para él:
“Algo muy grande, me ha hecho crecer como persona, como hombre. La Espiritualidad de la Sangre de Cristo siempre me ha desafiado e impulsado en todo mi quehacer pastoral. Puedo decir que el ser Misionero de la Preciosa Sangre significa para mí la razón de vivir, la razón de mi alegría y de estar agradecido al Señor porque me ha llamado a ser sacerdote”.
(Tomado del libro "Testimonios". Publicado por los Misioneros de la Preciosa Sangre en el 60 aniversario de su presencia en Chile, 1947-2007).