La SANGRE DE CRISTO está al centro de la vida y del ministerio del Misionero. Este signo del amor de Dios da definición (descripción, clarificación) a la manera que los misioneros comprenden
- El Reino de Dios
- A quienes son llamados y enviados
- El mensaje y la palabra que proclaman
- Lo que motiva dentro de su espíritu
- Cómo comparten la vida y la misión el en Vínculo de la Caridad
El misionero encuentra en el centro de su vocación la SANGRE DE CRISTO. Esta expresión del amor de Dios le llama
- A los marginados, los pobres, los sin-poder:
- Alos que son todavía excluidos de la nueva Alianza
- A las víctimas de opresión y violencia y a sus opresores
- A estar en solidaridad con todos aquellos que sufren un sentido de falta de dignidad
- A ser profetas: a resistir la mentira, la injusticia y todo lo que es contrario al Reino de Dios
- A afirmar a las personas en su dignidad y valor
- A testimoniar la esperanza evangélica
- A luchar por la venida del Reino
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Siendo un MISIONERO caracteriza su actitud y su movimiento en el ministerio. Siendo un MISIONERO le llama
- A leer los signos de los tiempos y a tener un deseo de ser enviado
- A ser evangelizado por la Palabra viva de Dios presente en la gente y en la cultura a donde es enviado (escucha con respeto antes de hablar), y por la Palabra Revelada de Dios en Jesucristo a evangelizar:
en testimoniar por el estilo de vida
en promover la paz y la justicia
en defender los derechos humanos y la dignidad
- A permitir que la Palabra de Dios transforme toda la vida humana (la cultura)
- A apreciar otros modelos de iglesia y a crear otras maneras de estar en comunidad
- A colaborar con los laicos en el ministerio
- A un amor célibe que permite una respuesta radical a donde quiera y a quien quiera la Sangre nos llama.
Al dedicarse a este esfuerzo misionero, el misionero lleva dentro de sí una actitud de
- Libertad interior y pobreza de espíritu
- Movilidad y flexibilidad
- Apertura y disponibilidad
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- Vivir juntos, siempre que las necesidades del apostolado no exigen otra cosa
- Una humildad que reconoce nuestra inter-dependencia
- Un espíritu de diálogo en el cual los misioneros se ponen de acuerdo sobre un proyecto comunitario. Este proyecto comunitario incluye oración compartida, ministerio compartido, recreación compartida, comidas compartidas y cualquier otro meta que responde a las necesidades de los misioneros.
- Los misioneros asumen este proyecto y son co-responsables por el y todas las demás decisiones tomadas en común.
- Un compartir las fuerzas y debilidades en un espíritu de confianza mutua
- Una afirmación de cada uno
- Un espíritu de una reconciliación continu
- Un espíritu de conversión continua
- Un espíritu de hospitalidad
- Un apoyo y un aliento para cada uno mientras la Sangre nos llama a estar en misión en los lugares nuevos y poco familiares
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